lunes, 20 de abril de 2009

El linaje humano


En "El origen de las especies", Charles Darwin reflexionaba sobre la evolución de los organismos, fuesen orquídeas o ballenas. Pero llama la atención que en esa obra capital no hablase de la aparición de los seres humanos. Se limitó a escribir estas escuetas palabras: "Se arrojará luz sobre el origen del ser humano y su historia". Se cree que el silencio de Darwin sobre la cuestión en aquel momento se debió a que era reacio a enfrentarse a los victorianos --y a su pía esposa--, para quienes todas las criaturas vivas, especialmente los seres humanos, eran obra directa de Dios.El biólogo Thomas Henry Huxley, el "bulldog de Darwin", no tenía ese tipo de reparos. En 1863 escribió Pruebas de la posición del hombre en la naturaleza, donde aplicaba la teoría de Darwin a la evolución de los humanos, para llegar a la conclusión de que descendíamos de los simios. Doce años más tarde, el propio Darwin, posiblemente alentado por los trabajos de Huxley, escribió La ascendencia del hombre. En esta obra afirmaba que chimpancés y gorilas eran nuestros parientes vivos más próximos, como se seguía de las semejanzas anatómicas que guardamos con ellos, y predijo que encontraríamos los fósiles de nuestros primeros antepasados en Africa, donde todavía moran esos simios. En aquella época sólo se conocía un puñado de fósiles humanos, todos de neandertales desenterrados en yacimientos de Europa occidental.


Wong, Kate

Investigación y Ciencia, nº388 Enero 2009

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